Cuando hablamos de empleabilidad nos referimos a las capacidades que tenemos para resultar atractivos para las empresas. Ese conjunto de razones por las cuales podemos ser elegidos en un proceso de selección. Pero, no te equivoques, no hablamos solo de la formación. Pensar que haber estudiado cierta carrera o grado, o haber aprobado algún máster o curso, va a hacerte contratable sin más, es un error. Solo tienes que estudiar un poco el mercado para darte cuenta. Lo que sí te hace mejor candidato es la actitud con la que afrontas un problema, la moderación con la que respondes a una crítica negativa, tus habilidades para tratar con tus compañeros, cómo sacas adelante una tarea difícil, tu constancia, tu creatividad, tu implicación… Todo esto puede aprenderse y trabajarse y el proyecto vital profesional es una de las mejores herramientas para ello.
El proyecto vital profesional es una técnica muy recurrente en la orientación profesional que sirve para gestionar la carrera individual de cada persona. Así que vamos a contarte qué es y por qué la usamos en nuestros cursos de habilidades sociales para la búsqueda de empleo.
¿Qué es el Proyecto Vital Profesional?
Ya sea de manera transversal o como eje de la formación, el proyecto vital profesional viene siendo una parte fundamental de nuestros cursos de empleabilidad. Esto es así porque permite que sea el propio alumno o alumna quien valore su punto de partida, establezca sus propias metas y elija meticulosamente las herramientas que debe poner en marcha para alcanzar sus objetivos.
Como hemos podido leer en la web de Proyecto VYP inclusivo. ETPOEP Granada, “el proyecto vital es aprender del pasado, experimentando el presente, para viajar al futuro”. Supone una herramienta de búsqueda de trabajo, más consciente, que parte del autoconocimiento.
Ponte en situación. Estás buscando trabajo. Ya sea un primer empleo o porque necesitas un cambio, toda ayuda es poca. Muchos te dirían que lo mejor es enviar masivamente correos electrónicos con currículums y cartas de presentación y motivación. Y, por supuesto, ese es uno de los pasos. ¿Pero es el primero?
Si lo vemos desde la óptica del proyecto vital profesional, la respuesta es no. El proyecto vital profesional nos obliga, primero, a reflexionar sobre cuestiones personales y profesionales. Así, el primer paso sería conocernos mejor, también conocer mejor el entorno, saber qué podemos aportar, a quién podemos aportar y, de esta manera, favorecer el éxito en la toma de decisiones.
El proyecto vital profesional paso a paso
Concretamente, si hablamos de los pasos que se siguen para desarrollar este tipo de método, el proyecto vital profesional podría tener los siguientes bloques:
Fase 0
0%
Obviamente, una fase 0 en la que decidimos realizar este proyecto.
Fase 1
20%
Seguida de una fase 1 para definir los objetivos profesionales. ¿Cuál es mi meta? ¿Dónde me veo?
Fase 2
40%
Después, hay que preguntarse por el entorno en el que voy a moverme y por mí mismo. Conocer el entorno y conocerse. Saber qué necesidades tienen las empresas y cómo puedo yo cubrir esas necesidades.
Pero no pienses que hablamos solo de en qué puedo formarme. Hablamos más genéricamente, de factores relevantes para el futuro profesional. Como pueden ser, valores, intereses, aptitudes, personalidad, también competencias…
Fase 3
60%
Lo siguiente es, con toda esa información, tomar decisiones. Esta es la fase 3.
Por ejemplo, imagina este escenario. He estudiado periodismo porque me encanta escribir, pero el mercado de los medios de comunicación no puede absorber a todos los profesionales de este sector. Entonces, ¿qué otras opciones tiene el mercado para aquellas personas con buenas dotes comunicativas? ¿Quizás podría especializarme en marketing y ventas? ¿Puedo directamente tomar otro rumbo?
Al final, lo importante en esta fase es plantear situaciones, analizar con detalle el contexto que nos rodea y, según las conclusiones que saquemos, definir o reajustar nuestros objetivos.
Fase 4
80%
Ahora, fase 4. ¿Cómo voy a hacer todo esto? ¿Cuál es mi plan? Es aquí donde podría empezar el envío de correos que decíamos antes.
Fase 5
100%
Y finalmente. Tendrás que volver a evaluar. Fase 5.
¿Para qué hacer un proyecto vital profesional?
El proyecto vital profesional ayuda a las personas a autogestionar su carrera partiendo de sus puntos fuertes, siendo consciente de sus debilidades y ayudándole a paliarlas. Todas las conclusiones que se extraigan de este serán valiosas y no dejaran de hablar de la persona en sí misma, de sus intereses, motivaciones y expectativas. Información fundamental para poder decidir sobre el futuro.
Una vez que te conoces a ti mismo parte del camino ya lo tienes andando. Camino que, desde el punto de vista del proyecto vital profesional, tiene hasta más relevancia que la meta en sí misma. Pues es sobre el proceso sobre lo que se enfoca esta metodología. Así, este proyecto se actualizará tanto como cambie tu vida y podrá enfocarse en tantos aspectos como quieras.
¡No dudes en ponerte manos a la obra y empieza a darle forma a tu proyecto vital profesional! Y si te apetece profundizar en este tipo de metodología consulta esta publicación que hicimos sobre el concepto «ikigai«. Tiene mucho que ver con el tema 😉