Los tiempos cambian. Vivimos en sociedades cada vez más globalizadas e interconectadas y las nuevas tecnologías pueden transportarnos en cuestión de segundos a cualquier parte del mundo y nos exponen más que nunca. Estas solo son algunas razones por las que las desigualdades y diferencias que siempre han estado ahí, ahora se hacen más perceptibles. Por todo esto, en este contexto, se hace cada vez más importante hacer una adaptación curricular de los contenidos que se imparten. Los adolescentes, niños y niñas necesitan una educación completa, que no solo se enfoque en lo curricular y académico, sino en todas sus demás dimensiones. Una Educación Integral. Dicho sea de paso, muy enfocada en la igualdad y la tolerancia.
¿Qué es la Educación Integral?
Cuando hablamos de una Educación Integral hablamos de un tipo de educación que pretende que el alumno se desarrolle en todas sus dimensiones. Así que se incluye materias que les enseñen actitudes y valores imprescindibles para que crezcan y acaben siendo adultos responsables y de pleno derecho para la sociedad.
Se les motiva a practicar actividad física, aprender valores como la tolerancia y el respeto para mejorar la convivencia, se habla de moral y solidaridad, se pretende dar suficiente base teórica para promover el pensamiento intelectual, crítico y científico, se enseña literatura y arte, economía, música, gestión emocional, incluso religión…
Además, no se entiende solo como una educación escolar. Aunque también. Esta debe extenderse a la familia, las actividades extraescolares y, en general, a cualquier ámbito de la vida del alumnado.
¿Pero qué importancia tiene la Educación Integral en la sociedad actual?
Pues, como hemos dicho al principio, si algo caracteriza a nuestra sociedad actual es la globalización y la interconexión. En la España de hace 80 años solo unos pocos privilegiados con acceso al conocimiento podían conocer la situación real que ocurría en ese mismo momento en el centro de Europa.
Tampoco se daban a conocer las luchas por la adquisición de derechos para las personas racializadas o para las que conforman el colectivo LGTBIQ+ o para las mujeres…
Y, no penséis mal, no estamos justificando que se dieran estas situaciones. Lo que queremos decir es que si algo bueno tiene internet es que todos podemos contar nuestra historia y que todas esas historias pueden llegar a miles de personas a golpe de un solo clic.
Así que las desigualdades, injusticias y diferencias sociales que siempre estuvieron ahí, ahora pueden ser escuchadas por muchas más personas. La Educación juega entonces un papel fundamental para ayudarnos a entenderlas, analizarlas debidamente y enseñarnos a adoptar un papel de aliados frente a ellas.
Sin embargo, no solo basta con mostrar esas circunstancias, sino que se debe dotar al alumno de habilidades y aptitudes que le permitan reconocerlas y no reproducirlas. Es decir, ante una situación de abuso a un niño transexual, por ejemplo, los chicos y chicas deben saber que se está dando una situación de abuso, entender por qué supone un abuso y, en la medida de lo posible, evitarlo. Y, por supuesto, no hacerlo.
Por lo tanto, como podemos ver, la formación va mucho más allá de lo académico.
¿Por qué es importante la tolerancia y la igualdad en la Educación Integral?
En todo este barullo de información, educar en valores como la tolerancia, la igualdad y el respeto, es la clave. ¿Por qué? Bueno, la tolerancia es el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás. Está claro, ¿no? Asumo que habrá, por ejemplo, creencias religiosas diferentes a las que yo pueda tener, pero entiendo que todos somos iguales y tenemos el mismo derecho a desarrollarnos espiritualmente.
Siempre y cuando, claro, nadie atente, agreda o discrimine directamente a cualquier otra persona o colectivo.
Debemos hacer que la tolerancia sea una “asignatura” transversal, que recorra toda la formación y espacios de los alumnos y alumnas. Los niños y niñas de hoy, serán los adultos del mañana. De manera que, si queremos que sean respetuosos, no solo les tenemos que enseñar qué es el respeto, seamos respetuosos. Si queremos que sean tolerantes, no solo enseñemos qué es la tolerancia, seamos tolerantes. Seamos su ejemplo. Evitemos prejuicios y estereotipos.